Mala pata

Ayer viví otra muestra de la mala suerte que tengo en lo que a relación con los amigos se refiere. Ya no es que yo no le ponga interés, no es que ellos pasen de mí (bueno, eso sí, pero ayer precisamente no), es... es... ¡Simplemente mala pata!

Hacia las diez de la noche, me llamaron para ir a cenar. Justo cuando acababa de zamparme media pizza. Sí, sé que quizá ceno demasiado pronto, pero también me podrían haber avisado antes. Aunque bueno, tampoco las culpo, porque por lo menos tuvieron el detalle de decírmelo, cosa que últimamente no sucedía... Sí, por desgracia ya me estoy acostumbrando a escuchar qué bien se lo han pasado en X sitio o que maja es la persona X. Y de X yo no sabía nada.

Me siento como el último mono. Para enterarme de las cosas, el 90% de las veces tengo que matarme a preguntar. No les sale de dentro hablarme y contarme sus planes y esas cosas, no. Y bueno, si no fuera porque estoy acostumbrada a estar así y peor, supongo que ahora mismo lo pasaría muy mal.

En parte no me siento bien, quizá estoy siendo demasiado injusta. Puede que ellas no me cuenten sus cosas porque yo tampoco les cuento mucho de mí... Pero a ver, ¿qué quieren que les cuente? No tengo ni ligues, ni fiestas, ni vida social (apenas). Y no creo que les interese lo bonito que es tal libro...

En fin... No sé por qué he empezado esta entrada exactamente, pero la cuestión es que la acabo con una alegría: fórmula 1, Button ha quedado tercero :D .